El trabajo no es un tema simple de abordar. Existen muchos aspectos a considerar, y más aún si tomamos en cuenta que hoy en día obtener un trabajo decente es una necesidad de gran parte de la población. No obstante, dentro de este mar de personas en el mercado de trabajo, existe un grupo al que hay que prestarle especial atención: los jóvenes.

El trabajo juvenil cobra especial importancia dentro de esta coyuntura, aunque no de una manera positiva. Actualmente, los jóvenes en Guatemala enfrentan un panorama muy complicado en cuanto a oportunidades laborales se refiere. Las condiciones y el salario son, entre otros más, los aspectos más adversos al momento de buscar alguna ocupación.

Según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI), en el 2019 se contabilizó un estimado de 2,328,774 trabajadores remunerados menores de 30 años, cifra que equivale a un aproximado de 32.62 % del total de la población ocupada de aquel año, la cual ascendía a 7,139,128 de personas.

Sin embargo, la mayoría de la juventud trabajadora (personas de entre 15 a 29 años) se encuentra en trabajos de poca complejidad. Profesiones como la agricultura (28 % del total de los trabajadores jóvenes) y el comercio (25 %) se perfilan como las ocupaciones en donde más jóvenes se ocupan, con respecto a otras.

Esto puede tener distintas explicaciones. Luis Linares, coordinador del proyecto Promoviendo el trabajo decente para todos, que ejecuta ASIES con apoyo de la Unión Europea, expone que aunque se ha dado cierto aumento en el número de empleos, esta dinámica no se extiende al trabajo decente. En el país existe un gran número de trabajos “no dignos”, que tienen condiciones laborales muy deficientes, pero al no existir más opciones, los jóvenes tienden a tomarlos.

Una de las mayores problemáticas, como se expuso anteriormente, es el salario. El estudio Trabajo Juvenil en Guatemala, publicado por ASIES, reporta que, según sondeos realizados a trabajadores entre 15 y 30 años, cerca de la mitad tienen un salario inferior al mínimo legal.

Los bajos salarios y las condiciones laborales cada vez más complicadas han hecho que la juventud desarrolle una característica interesante. En el pasado era frecuente que un trabajador estableciera una relación laboral con una empresa o entidad y que permaneciera en ella durante un tiempo considerablemente prolongado. Ahora, los jóvenes presentan un comportamiento opuesto. En los últimos años se ha visto una tendencia a nivel mundial a reducir el número de años de permanencia en el trabajo. En promedio, los jóvenes permanecen alrededor de dos años en una empresa y después buscan una nueva oportunidad fuera.

Todo este panorama de dificultades desalienta a los jóvenes en sus aspiraciones para conseguir empleo. Según Linares, uno de cada cuatro jóvenes en Guatemala no está ni estudiando, ni trabajando, lo que los tiene en condiciones de “ninis”, dicho de una forma coloquial.

De acuerdo con Linares, el panorama para este 2021 no es del todo alentador para el trabajo juvenil. “El estado debe velar porque se cumpla la legislación laboral. Por parte de los jóvenes, lo mejor que pueden hacer es prepararse. En un mercado tan competitivo, debe haber un plus de calidad que los haga destacar”, recomienda.

ASIES

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