Siglo 21 Sección: Política21 Página: 04

 

Acción política no partidaria también construye democracia

Sin embargo, la participación sin liderazgos y unificación de demandas, puede conducir al caos, según analistas.

Acción política no partidaria también construye democracia

En el período de elecciones es alta la participación de ciudadanos en la conformación de las juntas electorales y mesas receptor

El movimiento ciudadano surgido contra los diferentes escándalos de corrupción gubernamental ha favorecido una gran variedad de acciones políticas ciudadanas que, en principio, contribuyen a cimentar el régimen democrático, pero también pueden plantear riesgos como la atomización de las exigencias, debido a la falta de liderazgos, y podrían motivar un clima en el que se desarrolle algún tipo de confrontación, dice la analista Carmen Ortiz, de la Universidad Rafael Landívar (URL).

La organización civil sin vínculos con partidos repunta en este momento, en el cual la divulgación de opacidad en la gestión del Estado y el involucramiento de actores políticos y funcionarios en hechos delictivos ha llevado a los ciudadanos a organizarse en diversos movimientos que plantean demandas como las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), afirma José Carlos Sanabria, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes).

De acuerdo a un glosario de conceptos políticos, “acción política es el conjunto de actos dotados de sentido y significación (relacionados con la conquista y ejercicio del poder), para la construcción de un orden social deseable según la idea de quienes lo realizan”.

Estas acciones, indica la definición, pretenden “mejorar las condiciones de seguridad y libertad para el disfrute de los valores sustantivos de la vida social (poder, respeto, rectitud, riqueza, salud, educación, habilidades, afecto) para el actor, su grupo o la sociedad en su conjunto”.

Sanabria comenta que “los espacios de participación política no partidaria contribuyen con el fortalecimiento del sistema democrático. En época de elecciones es común ver cómo colabora la ciudadanía en las juntas electorales. La recepción y conteo de votos son actividades ejercidas por ciudadanos que casi siempre son apartidistas”.

Es evidente la importancia de las acciones cívicas emprendidas por ciudadanos no comprometidos con partidos políticos. Se trata de actos que van mucho más allá de emitir el sufragio.

La participación apartidista se manifiesta en acciones como las emprendidas por grupos espontáneos que se dedicaron a cubrir la propaganda política en sitios donde la ley vigente prohíbe esa expresión, como árboles, postes de alumbrado público y piedras.

Al mismo tiempo muchas organizaciones independientes promueven el debate electoral por medio de foros y encuentros entre ciudadanos y candidatos a puestos de elección popular, comenta Sanabria.

Una de las acciones recientes que aglutinó a personas de diversos sectores en torno a una demanda común es la propuesta de reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP). Al respecto, Ortiz afirma: “No quiero ser pesimista, pero es muy difícil que esta ley sea aprobada. Algunos pretenden presionar para su aprobación, pero aunque así fuera, no existe garantía sobre el contenido de la normativa cuando haya salido del Congreso”.

demandas ciudadanas

Una de las ideas que comienza a comentarse entre analistas es el planteamiento de un gobierno provisional que administre la transición, señala esta analista, quien agrega que “para 2016 se avizora un escenario en el cual la crisis podría incrementarse, tomando en cuenta que el país estará en bancarrota”.

“La oposición ciudadana al actual sistema y la demanda de reformas estructurales no es un golpe técnico ni es sedición, sino el ejercicio de un derecho. Se apuesta a diversas propuestas. La debilidad es que no existen liderazgos. Sigo pensando que esta situación podría desembocar en escenarios riesgosos. Un desenlace violento sería catastrófico para el país”, afirma.

Una de las muchas acciones políticas posibles es la instalación de escuelas de formación política. Wolfgang Ochaeta, politólogo que dirige la Escuela de formación para la democracia, de la cooperación holandesa, comenta que el objetivo de este proyecto es fomentar la participación ciudadana por medio de la formación de cuadros partidarios o no.

El conocimiento de la realidad nacional les permite a estas personas presentar marcos de demandas hacia los partidos y otros interlocutores que tiene la ciudadanía. La escuela cuenta con variados programas. Realidad nacional, historia, Estado, género, pueblos indígenas, políticas públicas y seguridad ambiental entre otras, comenta.

Entre el 2012 y la fecha unos 2,700 estudiantes, en su mayoría provenientes del interior, han completado diferentes programas de esa entidad. Tienen la ventaja de que no se exige que hayan cursado educación media. “Uno de los logros es que la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de San Carlos (Usac) certifica estos diplomados. En cada departamento del país en los que ha funcionado la escuela hemos tenido alianzas con diferentes universidades”, dice Ochaeta.

Uno de los efectos que tienen estas capacitaciones es que los estudiantes implementan acciones políticas en sus comunidades: “Al terminar, toman uno de los módulos y lo replican. Puede ser que preparen una revista, un documental sobre la interculturalidad, o bien foros o talleres donde interactúan con autoridades políticas locales y representantes de los consejos de desarrollo local”, comenta.

Escuelas
De formación de cuadros
Entre las diversas acciones que emprenden ciudadanos sin pertenencia a partidos políticos, las escuelas de formación política son una de las que pueden llegar a tener mayor efecto en las comunidades, especialmente del área rural.
Además del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep), que hace varias décadas promueve la formación de cuadros en Guatemala, en el país hay varias escuelas de formación que tienen entre sus objetivos la implementación de acciones políticas para incidir en el ejercicio democrático y la garantía de derechos.
La escuela de formación política en defensa del territorio, Un nuevo sol rebelde, en Cobán, Alta Verapaz, ofreció ocho módulos a los 25 jóvenes participantes, miembros de diversas organizaciones sociales y campesinas del norte del país.
Recientemente, entre las actividades ciudadanas sobresalieron los movimientos convocados por redes sociales, las marchas emprendidas desde diversos puntos hacia la capital para exigir transparencia, y la reunión de grupos civiles para plantear reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP).

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