¿Acaso algún día nos recuperaremos de la COVID-19? Seguramente sí. La respuesta no debe centrarse en si podremos recuperarnos o no; considero que la respuesta debe ir enfocada a cuánto tiempo queda para poder vivir esa nueva normalidad de la que tanto se ha hablado. Resulta imperativo seguir tratando las secuelas de la pandemia, aunque es de considerar que posiblemente nunca terminaremos de abarcar todas las esferas de la vida económica, social y política del mundo que cambiaron a raíz de este fenómeno.

Precisamente uno de los campos que sufrieron y cambiaron mucho a raíz de la emergencia sanitaria es el turismo. En primer lugar, debemos entender el turismo como un conjunto de actividades destinadas e interrelacionadas unas con otras, no precisamente actividades dispersas independientes entre sí.

En Guatemala, el turismo es una actividad económica que no se ha aprovechado en su totalidad. A pesar de eso, durante los años previos a la pandemia se encontraba en plena efervescencia, como resultado del gran potencial en destinos turísticos que el país posee. Poco a poco la oferta de destinos fue conociéndose cada vez más; se les mostró a los turistas que Guatemala tenía propuestas, más allá de la Antigua Guatemala y Tikal. Este desarrollo se vio totalmente paralizado a raíz de la pandemia.

Para hacernos una idea de la importancia que el turismo tiene para nuestro país, Fabián Juárez, consultor de ASIES, menciona en una entrevista que este sector constituía alrededor de 6.2 % del producto interno bruto (PIB) alrededor del año 2018. Del mismo modo, el sector turístico es una de las fuentes más importantes de empleo en Guatemala. A través de hoteles, agencias de viaje, restaurantes, entre otros; este cuadro constituye una oferta laboral muy importante para los ciudadanos de la región. Finalmente, también el sector turismo es uno de los principales generadores de divisas, las cuales ascendieron a aproximadamente 1,226.8 millones de dólares para el país en el año 2019.

Vista la importancia que tiene el turismo, resulta aún más preocupante que haya sido de los principales sectores económicos en sufrir los efectos negativos de la pandemia. El video producido por ASIES titulado “Impacto del COVID-19 en el turismo” profundiza cómo la pandemia afectó a las distintas industrias dentro de ese sector. Se debe entender la actividad turística como una actividad que necesita imperativamente la circulación de turistas. Por tanto, las medidas dispuestas por los distintos gobiernos, al limitar la libre circulación, afectaron de manera determinante el desarrollo de las actividades turísticas.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) estimó que el turismo, a nivel mundial, había caído entre 58 % y 78 %. En nuestro país, el flujo de ingreso de turistas comenzó a reducirse desde enero del año pasado. Ya para el 13 de marzo, día en que se registró el primer caso de coronavirus, el turismo se paralizó totalmente.

Fabián Juárez refiere que los despidos también fueron una medida para hacer frente a la difícil situación. Comenta que los hoteles, restaurantes, agencias, etc., despidieron a un 53 % de sus trabajadores fijos. De igual manera, muchos trabajadores informales de este sector, como guías turísticos, vendedores artesanales, entre otros, también se quedaron sin trabajo.

Un panorama completo de los efectos del COVID-19 en el turismo se puede encontrar en la “19ª. Encuesta empresarial al sector de viajes y turismo”, en su primera y segunda parte, publicada por ASIES.

Una vez abordada la problemática, es hora de preguntarnos ¿cómo se va a recuperar este sector? En principio, es necesario terminar de atender las problemáticas actuales. La vacunación es imprescindible. Debe existir una vacunación masiva para mejorar la imagen del país y darles seguridad a los turistas de que viajar a Guatemala es seguro y atractivo. Otro aspecto importante es asegurar la competitividad turística. Muchas empresas cerraron durante la pandemia, y si se espera regresar al número de turistas que se tenía antes de la misma, es necesario actuar para preservar la infraestructura productiva que pueda atender la demanda cuando esta se reactive.

Finalmente, es necesario crear estrategias a través de los entes encargados para fomentar el turismo. Estrategias de política pública y acuerdos internacionales son necesarios para volver a encender la chispa que haga que el sector turismo se reactive.

¿Cuánto tiempo tomará esta labor de reactivación? Pues la respuesta es complicada. La OMT, durante el tiempo de mayor incertidumbre dentro de la pandemia, había lanzado un estimado de 2 a 4 años para recuperar el sector turismo. Sin embargo, en cada país se dará de una forma completamente diferente. Todo dependerá de las decisiones que los entes gubernamentales tomen en favor de este sector económico. A medida que se logre vacunar a la población, mitigar los efectos económicos adversos en la cadena de valor y se empiecen a reducir las restricciones, podremos tener una visión positiva del turismo dentro de Guatemala.

* Por José Pablo Gracias, estudiante de periodismo, UNIS.

ASIES

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