Manolo Acabal*

Siglo.21

Guatemala se encuentra en una situación muy delicada de incertidumbre y falta de rumbo, en medio de peligrosos problemas que tienden a agravarse, y con una seria crisis de liderazgo, según indica la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies) en un documento hecho público ayer.

A pesar de los extraordinarios y esperanzadores eventos políticos de 2015 y del comportamiento cívico ejemplar de la población, en contra de la corrupción generalizada y la política tradicional, la sociedad guatemalteca aún no logra acuerdos básicos mínimos sobre cómo enfrentar la problemática y comenzar a resolverla, agrega.

Con base en esas conclusiones, la entidad presentó el informe Camino para enfrentar los problemas más críticos de Guatemala, con propuestas de corto plazo para impulsar reformas económicas, políticas, del sector justicia, ambientales y sociales.

En el análisis de la coyuntura, Asies señala: “Los servicios básicos están en permanente crisis, cuando no en abierto deterioro, en la educación, salud y nutrición, así como en infraestructura básica, empleo digno y seguridad ciudadana”.

Y agrega: “Las instituciones públicas, sujetas históricamente al tráfico de influencias y a los premios políticos, se han visto presas de la corrupción generalizada, en un aparato estatal con una crisis de enormes proporciones en las finanzas públicas.

También ve con preocupación las muestras de discrepancias, distanciamientos y el avivamiento de viejos conflictos y antagonismos que se creían superados. “A la fragmentación se suman alarmantes indicios de malestar ciudadano por el agravamiento de condiciones de vida, que apuntan a escenarios de creciente conflictividad social que pueden estallar en grandes protestas violentas ante la incapacidad de encontrar soluciones o paliativos mínimos”.

VIEJAS PRÁCTICAS

Respecto al Congreso, apunta que hay una mayor transparencia de ese organismo, al hacerse públicas las planillas de personal regular y temporal, aprobarse reformas al régimen interior del Legislativo y al sistema electoral y de partidos políticos. No obstante, considera que esos avances coexisten con renovadas muestras de viejas prácticas corruptas en la legislatura y resistencias a ceder controles a favor de mayor transparencia y rendición de cuentas.

Se hizo una crítica al partido oficial, FCN-Nación, “que se ha exhibido como plegado a las viejas componendas de transfuguismo en el Congreso, con tal de engrosar numéricamente su bancada. Asimismo, han asomado síntomas inquietantes de presiones indebidas en la búsqueda de plazas o favores, dentro del mismo partido de gobierno (de diputados hacia ministros y gobernadores), llegando inclusive a expresiones insultantes, ya denunciadas, de racismo”.

En cuanto al nuevo gobierno de Jimmy Morales, refiere: “Apenas lleva tres meses y está mostrando en algunos casos señales de falta de rumbo, de claridad de metas y de capacidad de gestión, incluso en la integración del gabinete y en contrataciones de algunas personas ligadas a gestiones previas mañosas”.

Agrega que “Lejos de proyectar una seguridad de timón que se concentre en prioridades de fondo, se observa una falta de agenda precisa y una dispersión casuística e inmediatista decepcionante”.

Respecto al gasto, critica la “secuencia de presupuestos nacionales siempre insuficientes para brindar los servicios públicos que la población necesita. Estos van sobrecargados salarialmente por una abultada burocracia, que se ha venido multiplicando de forma innecesaria e improductiva para tener cómo repartir premios políticos”.

Todos estos síntomas ilustran una crisis política de participación, representatividad y legitimidad, concluye.

Al respecto, el exvicepresidente de la República, Eduado Stein comentó que “la transparencia y la probidad son claves para sacar adelante al país”. Ya presidenta de la entidad, Raquel Zelaya, hizo énfasis en que “si no se solucionan las debilidades fiscales, será difícil atender los demás problemas apremiantes”.

Reconfiguaración política

Apertura y control