Sin embargo, fue hasta 2013, segundo año de gobierno de Otto Pérez, cuando modificó la visión sobre el país y calificó la actividad financiera con una grada menos, al situarlo en BB+ con tendencia negativa.

Esto significa que la nación mantiene su capacidad de cumplir con sus obligaciones, pero con cierta incertidumbre. Este año el informe enviado el 20 de junio pasado, colocó a Guatemala en BB (quitó la marca + o plus), con perspectiva estable, alejando así al país dos escalones de obtener el grado de inversión que las autoridades económicas del gobierno han estado buscando.

Juan Carlos Paiz, director del Programa Nacional de Competitividad (Pronacom) y miembro de la mesa riesgo-país, manifestó que no puede juzgar cómo Fitch Ratings calificó años atrás, pero en el gobierno pasado no bajaron la calificación o al menos no dejaron de mejorar la calificación, pese a que “hubo déficit por varios años entre un 3.5% o 3.3% y ahora se ha bajado a un 2%”.

Respecto de la baja recaudación asegura que en términos absolutos ha seguido subiendo, pero en términos relativos se ha mantenido. Paiz destaca que Fitch comparó a Guatemala con otros países que han mejorado de manera que “parece que hay otros BB que ellos están calificando y que han mejorado más que nosotros, por lo tanto no podíamos estar en la misma categoría”, indica.

Mostró retrocesos
Juan Alberto Fuentes Knight, exministro de Finanzas, señala que en este gobierno es cuando Guatemala menos ha crecido. “Está previsto que crezca poco, no es solo un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), sino crecimiento por habitante, es algo que se debe tomar en cuenta”, señala.

El exfuncionario refiere que la calificadora en su informe destaca el crecimiento muy alto de la población.

“Se podría decir que estamos creciendo a un 3% o 3.5%, es una media por encima, incluso, pero a eso hay que quitarle un 2% o 2.5% que es la tasa de crecimiento de la población, entonces en la práctica estamos creciendo un 1%”, destacó el ex funcionario.