El Periódico   Sección: Nación  Página: 04

 

Otto Pérez critica intromisiones en las instituciones nacionales

Fue el cierre a su discurso en la Plenaria de la Cumbre de las Américas al hablar de la seguridad y la justicia.

FOTO:PRESIDENTEEl presidente se refirió además en su discurso a la unión aduanera con Honduras y al Plan de Prosperidad para el Triángulo Norte.

“No podemos fortalecer nuestras instituciones subordinando nuestra soberanía a la voluntad de terceros”.
Otto Perez Molina, presidente de Guatemala.

En un evento marcado por el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, sus presidentes Barack Obama y Raúl Castro, y la tensión entre el país norteamericano y Venezuela, el presidente Otto Pérez hizo su participación en la plenaria de la VII Cumbre de las Américas que se celebra en Panamá.
Uno de los puntos clave de su discurso fue hacia el final, cuando hizo referencia al tema de la seguridad y la justicia en el país. En ese momento el mandatario reconoció los desafíos que el país tiene en esa materia y la necesidad de los “esfuerzos que tenemos que hacer para fortalecer nuestras instituciones nacionales y garantizar su independencia”.
Pero tras hablar de los retos, tuvo un recuerdo para la cooperación internacional, que según Pérez Molina “es una herramienta importante, pero también lo es el Estado de Derecho y el principio de no intervención”, por lo que “no podemos fortalecer nuestras instituciones subordinando nuestra soberanía a la voluntad de terceros”.
En opinión de Marcio Palacios, director de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos, el discurso es muy objetable y discutible, ya que por un lado le dice no a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), pero a la vez le abre las puertas al sector empresarial de otros países. Incluso el Plan para la Prosperidad es una intervención solapada con intereses estadounidenses.
Para el analista Renzo Rosal fue un discurso en la línea de Otto Pérez que es “un mal orador”. Además, en su opinión, desperdició una buena oportunidad para ser más provocador en la que será posiblemente su última cumbre. Lo que si dejó claro fue que la CICIG no va, pese a que Obama volvió a destacar que la ayuda solo llegará si se acaba con el “monstruo de la impunidad y la corrupción”. Fue un “mal planteamiento y mala despedida, donde dejó claro no entender hacia donde va Latinoamérica y sus vientos de cambio”.
Un discurso sin novedades
El resto del discurso estuvo marcado por temas constantemente utilizados por el Presidente en sus discursos. Su cruzada contra las drogas, el Plan de Prosperidad para el Triángulo Norte, la unión aduanera con Honduras y la felicitación a los gobiernos de Estados Unidos, Cuba y Colombia por su lucha por terminar los conflictos internos que azotan sus países y son los últimos retazos de la Guerra Fría.
También hubo tiempo para hablar de los avances del país en materias como “desarrollo social, la seguridad, el crecimiento económico” que se verá complementado con el Plan de Prosperidad, al que deben apoyar también la sociedad civil y el sector privado.
Otro de los países al que hizo referencia directa de manera escueta fue Belice, al que se refirió para cerrar su alegato diciendo que es un proceso que “avizoramos concluya de manera pronta y satisfactoria para ambos estados”.

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