Un caso concreto de este fenómeno social que se magnifica en democracias incipientes como la nuestra, es la vulneración de la independencia de las instituciones  como el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en los procesos eleccionarios, en los cuales se han dejado sin efecto sus decisiones al ser sometidas a órganos como la Corte de Constitucionalidad (CC).

 “El amparo como recurso no es malo, sino el mal uso que se le ha dado”, indicó Estuardo Gamalero, magistrado del TSE, uno de los participante de dicho foro.

Anabella Morfín, abogada constitucionalista, en cambio, sostiene que “no existe una separación de los poderes del Estado y eso afecta la democracia”.    Lorena Escobar, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies) resaltó que para acabar con la corrupción en el sistema de justicia del país se debe realizar reformas estructurales a la Ley de la Carrera Judicial.