“El reto ahora es que el gobierno de transición concrete algunas políticas, en particular, con poner en orden la casa para las próximas autoridades”

Después de estar casi todo el año en picada hasta llegar a un nivel de 21.67 puntos en agosto, este mes se recuperó y llegó a 46.67 puntos, según el Índice de Confianza de la Actividad Económica que mensualmente mide el Banco de Guatemala (Banguat).

Este indicador es un 9.27% más alto que los 42.71 registrado en el mismo mes de 2014, y 115.37% superior al de agosto de este año (vea: Las diferencias).

Entre los cambios sustanciales se encuentra el de la pregunta respecto a la evolución del clima de negocios para los próximos seis meses comparado con el semestre anterior. En agosto, nadie apostó porque la situación mejoraría en el semestre que estaba por llegar, pero ahora piensa de esta forma la tercera parte de los encuestados; y del 46.7% que considerò en agosto que la situación empeoraría, bajó a 6.7%.

No obstante, al preguntarles si la economía está mejor que hace un año, creen que aún continúa el deterioro. El mes pasado el 33.3% sostenía que estaba mejor el país pero ese porcentaje bajó a 20% en septiembre.

En la interrogante sobre si la coyuntura actual es propicia para efectuar inversiones, si bien casi la mitad (46.6%) no está seguro, el que cree que es mal momento bajó de 46.7% en agosto a 26.7% en septiembre, y del cero por ciento que dijo en agosto que era buen momento, ese porcentaje ahora es del 26.7%.

Carlos González, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), comentó que esto era de esperarse porque las cosas ya cambiaron. “El clamor de la ciudadanía se concretó con la renuncia del presidente Otto Pérez Molina y de la vicepresidenta Roxana Baldetti, quienes ya enfrentan juicio por corrupción y luego las elecciones se efectuaron sin ningún contratiempo, lo cual impacta positivamente en la gente y en los empresarios, que ven una perspectiva mejor; eso supera la incertidumbre que había”.

Por otra parte, Jorge Lavarreda, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), afirmó que “obviamente hay una percepción más optimista respecto al mes pasado, y ahora se está situando a niveles normales en los que uno esperaría que se mantenga como venía en 2014, entre 40 y 60 puntos”.

Lavarreda agregó que “la actividad económica no ha sufrido tanta variación como lo sugieren las expectativas; tiene más que ver con la forma en que visualizan la coyuntura para que en el país se puedan efectuar inversiones”.

Resaltó que desde mayo se empieza a ver que es un mal momento para las inversiones y llegó a cero pero ahora regresa a un valor de 26%, lo cual es una mejora.

Lavarreda considera que este aspecto positivo “probablemente tiene que ver con que al final de este período se mostró que las instituciones funcionaron y no hubo un rompimiento constitucional, que era lo que se temía”. Agregó que “gracias a que todo fue pacífico se retomaron las perspectivas”.

EL MOMENTO CRÍTICO
Braulio Salazar, managing Partner Guatemala de Ernst & Young, reconoció que en julio la situación era triste. “El ambiente presagiaba nubarrones por las elecciones y por los problemas políticos”.

Salazar manifestó que normalmente, en promedio, reciben un pedido a la semana de información del país, para que algún potencial inversionista tome una decisión de traer su capital.

“Me atrevería a decir que en el segundo trimestre del año, de abril a junio, no recibimos ninguna solicitud. Son unas 12 solicitudes que recibimos en un trimestre, que si bien no todas terminan en una inversión, estamos hablando de las intenciones de invertir”, explicó.

“Que en un trimestre se secara completamente, era porque afuera pensaban que ya nos íbamos a comenzar a matar otra vez y en ese ambiente quién quiere venir a invertir”, señaló.

Expresó que obviamente estando dentro del país la expectativa era diferente, “pero el problema es que afuera las noticias se ven de otra forma”. Salazar indicó que “el dinero no tiene fronteras pero lo que busca es seguridad y rentabilidad, en ese orden”.

Acerca de si ya comenzó a corregirse esta tendencia, Salazar afirmó que sí, “tal vez no como estábamos antes, pero por lo menos algunos proyectos que se habían quedado detenidos, ya revivieron otra vez”.

Para el empresario y presidente de la Fundación para el Desarrollo (Fundesa), Felipe Bosch, “obviamente hubo mucha preocupación en lo que pasó. Es como cuando uno va a la mitad de un río nadando en esas aguas turbulentas; definitivamente la parte económica era una gran preocupación”.

Bosch opinó que “aunque sea incorrectamente político, pero el gobierno de Otto Pérez Molina, en la parte económica, no lo hizo mal porque el país mejoró varios puntos en el Doing Business y ha escalado posiciones en otros indicadores”. Añadió que “eso nos salva, incluso hoy las tasas de interés siguen estando bajas y eso es muy importante para seguir atrayendo la inversión extranjera; pero una nación políticamente complicada, donde hay mucha corrupción, el tema económico se torna en una duda”.

Lo que sí afirma tajantemente Bosch es que “de esa turbulencia salimos fortalecidos políticamente y ahora, entonces, lo que debería pasar en el tema económico es que se fortalezca, que las tasas de interés sigan bajas y que los indicadores nos den una mejor posición”.

Para el empresario, ahora se debe trabajar en la aprobación de algunas leyes en el Congreso, como la de factoring entre otros “que uno no le pone mucha atención pero que son importantísimas para algunos sectores”. “Si todo eso se va concatenando, pudiéramos llegar el 14 a las 14 con un país listo para correr en una nueva liga a nivel económico, a diferencia de muchas otras veces donde ha habido cambio de gobierno”.

Lo que nos espera
Opiniones de expertos
El empresario Felipe Bosch consideró que en los próximos meses puede haber un cambio de rumbo en el país, “si el equipo económico del nuevo gobierno está dispuesto a no desactivar los programas que se han podido ir creando en esta administración”. Y para ello, sugirió el fortalecimiento del Programa Nacional de Competitividad y los del Ministerio de Economía (Mineco).
Braulio Salazar, de Ernst & Young, estimó que el país tiene al menos dos grandes atractivos para los inversionistas. “Uno, que ya somos autosuficientes en la generación de energía eléctrica, y el otro, que les gusta mucho de Guatemala, es que es uno de los países de Latinoamérica que está más avanzado en su red de telecomunicaciones”. “Por eso vemos empresas, como call centers que dependen mucho de las telecomunicaciones, que están viniéndose a instalar al país”, recalcó.
Por otra parte, Carlos González, de Asíes estima que “el reto ahora es que el gobierno de transición concrete algunas políticas, en particular, con poner en orden la casa para las próximas autoridades y entreguen en mejores condiciones de cómo encontraron el Ejecutivo”.
Según González, donde más problemas habrá es en las finanzas debido a la falta de captación de recursos suficientes; “hay carencias en hospitales, que es la cara más visible de la crisis”, resaltó.
La escasez de dinero en la caja fiscal no se podrá solucionar de inmediato si no es con más deuda o con la venta de activos, pero para lo primero se requiere de la autorización del Congreso y de lo segundo no hay de dónde echar mano.

Lo que pasó
Defraudación
El 16 de abril de 2015, tras un operativo realizado por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) comenzó la desarticulación de una red de funcionarios y personas civiles que estaban defraudando al fisco en el sistema aduanero.
Este hecho ocasionó que la sociedad comenzara a protestar masivamente cada fin de semana, exigiendo la renuncia de las más altas autoridades. En mayo dimitió la vicepresidenta y en septiembre lo hizo el mandatario.
Ambos dignatarios están siendo sometidos a los tribunales y permanecen en prisión preventiva. Luego este mes se realizaron las elecciones para elegir a las nuevas autoridades, evento que se realizó pacíficamente en la mayor parte del territorio.