“retrasos en los procesos aduaneros, lo cual hizo más lenta la entrada de mercancías así como el retardo en la toma de decisiones de dos miembros del directorio de la SAT y el nombramiento del Superintendente”

Incluso, si se observa el comportamiento en las aduanas de donde fueron capturados empleados de la SAT, el 26 de abril pasado, vinculados a una red de defraudación, la situación no es muy alentadora.

La que menos caída reporta es la aduana Central, en donde este año han recaudado Q786.21 millones, unos Q11.33 millones menos (-1.42%) en comparación con los Q797.54 millones del mismo lapso de 2014.

En Puerto Quetzal, la SAT cobró Q2 mil 132.10 millones de enero a mayo de 2015, unos Q289.87 millones (-11.97%) más bajo que los Q2 mil 421.97 millones. En Puerto Santo Tomás, la caída viene de Q1 mil 064.24 millones en 2014 a Q967.83 millones este año, una reducción de Q96.41 millones; es decir, –9.06%.

MENOS IMPORTACIONES
Carlos González, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes) explica esta caída en la disminución en las importaciones, en particular en la baja del precio del petróleo y sus derivados.

Según el analista, a estos factores hay que añadir algunos “retrasos en los procesos aduaneros, lo cual hizo más lenta la entrada de mercancías así como el retardo en la toma de decisiones de dos miembros del directorio de la SAT y el nombramiento del Superintendente”.

A criterio de González, aún se desconoce el efecto que tendrá la desintervención de los puertos. “En general, es posible decir que todo golpea la moral tributaria; el ánimo, el deseo de pagar impuestos se ha retraído cuando se tiene un problema de este tipo enfrente”, en referencia a los casos de corrupción dados a conocer por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público.

Tendencia
Para que nada cambie
El director Ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Jonathan Menkos, explica la caída en la captación de impuestos en las aduanas “por los tributos relacionados con el comercio, así como al debilitamiento institucional de la administración tributaria y la actividad económica menos dinámica debido al proceso electoral en curso”.
“A pesar de algunos cambios en la SAT, es básicamente la misma administración que el 15 de abril; no se ha hecho nada realmente para tener una situación distinta”, opina Menkos. Añade que, de continuar con la tendencia en la recaudación, al final del año el agujero fiscal podría estar entre los Q3 mil 250 millones y Q4 mil 100 millones.