Si bien las criptomonedas llevan ya algunos años en el mercado, se ha observado una aceleración en su adopción mundial con la llegada de la pandemia. El incremento de su uso no ha pasado inadvertido para gobiernos, autoridades financieras y empresarios, dadas las grandes oportunidades y riesgos que implican.
El Salvador es el primer país del mundo que ha convertido bitcoin en una criptomoneda de curso legal, generando amplios debates y expectativas que vale la pena abordar para proyectar desde ya sus posibles impactos.
Hoy, en Guatemala, las personas, las empresas y las instituciones se preguntan y analizan si estamos listos para regular y ampliar el uso del bitcoin o cualquier otra criptomoneda.
Por esto, ASIES y Así Estrategias organizaron un foro virtual con expertos nacionales e internacionales para conocer, analizar y determinar el presente y futuro de las criptomonedas en Guatemala.
Lesly Machorro, abogada experta en protección de datos, tecnología blockchain y criptoactivos, explicó que las criptomonedas son monedas electrónicas que utilizan cifrado especial en sus operaciones. La más popular de ellas es bitcoin, que ha ganado confianza gracias a la transparencia y seguridad que ofrece, al utilizar una tecnología de contabilidad distribuida.
No obstante, Olav Dirkmaat, director del Centro para el Análisis de Decisiones Públicas (CADEP), y codirector de Market Trends, ambos de la Universidad Francisco Marroquín, recomendó que al usar criptomonedas como bitcoin hay que poner especial atención en los intermediarios y su respaldo, para evitar ser víctimas de estafas.
Otros riesgos del uso de bitcoin y otras criptomonedas son su volatilidad y que podría tener implicaciones serias en las políticas monetarias y fiscales, inflación y tasas de interés, advirtió Machorro. De igual manera, Johny Gramajo, gerente económico del Banco de Guatemala (Banguat) señaló que un uso extensivo de criptomonedas podría tener implicaciones en la estabilidad financiera.
A esos riesgos se añaden su carácter anónimo y dificultad de la trazabilidad de las transacciones, lo que facilita su uso para transacciones ilícitas, de acuerdo con Gramajo, así como riesgos cambiarios, debido a que las transacciones no son inmediatas, tal como puntualizó Dirkmaat.
Juan Diana, abogado especializado en regulación financiera (Brum Costa Abogados) e investigador asociado del Centro de Estudios para el Desarrollo, de Uruguay, resaltó que actualmente, los países enfrentan desafíos con respecto al uso de las criptomonedas. Entre ellos, están definir pautas y controles para su uso, comenzando por definir si estas monedas se consideran dinero, bienes incorporales o valores. “Esta es una discusión abierta”, dijo.
Según Diana, aunque los niveles de regulación son distintos en Latinoamérica, el caso de El Salvador podría generar un efecto dominó que traerá desafíos en materia de volatilidad y liquidez, así como tensiones con organismos financieros internacionales.
Los gobiernos de todo el mundo están evaluando las oportunidades y riesgos de las criptomonedas, para las que hace falta una regulación específica, puntualizó Gramajo.
En todo caso, “las criptomonedas llegaron para quedarse y por eso debemos informarnos, analizar las ventajas y desventajas para estar preparados”, concluyó Machorro.